Capítulo I - Los Comienzos

[Supresor]

Capítulo I - Los Comienzos

El mundo de Chantra estuvo siempre plagado de seres muy singulares, agrupados según sus razas y clanes. Cada sector de la vida en este planeta, tiene su razón de ser; el equilibrio entre las tres grandes fuerzas de la región debe permanecer establecido, debido a la volatilidad de sus especies habitantes.

Las razas decidieron desde hace tiempo conservar su pedazo de mundo en completo aislamiento de las demás clases. De esa forma Humanos, Orcos y Elfos se sustrajeron hacia el más recóndito espacio de los puntos cardinales.

Pero un día, los límites se confundieron. El poder y la soberbia pudieron más y el tesoro de Chantra no estaría a salvo. Las razas habitantes comenzaron una carrera sin fin la una contra la otra, buscando el legendario tesoro: los Arcontes.

Los Arcontes eran 3 piedras mágicas que contenían la vida del Planeta. Cada una daba el poder de controlar la vida y las voluntades de todo Chantra; y la leyenda cuenta que quién conquiste los arcontes y los máximos castillos de cada mundo, se alzaría con el poder supremo y gobernaría por sobre todas las almas.

Tal poder claramente conquista las mentes de quiénes se atreven, de quienes tienen el valor.

Dadas las condiciones, la lucha se extendió hacia las entrañas de cada una de las sociedades establecidas en cada Raza y comenzaron a chocar entre sí, contra sus mismos compatriotas. Sucesivamente, los Clanes fueron surgiendo desde los cimientos de todas las clases: las reglas de juego habían cambiado.

Aquellos quienes pretendían hacerse con el poder por codicia, formaron escuadrones aislados de asesinos, mercenarios, violadores, y se decidieron a arrasar con todo a su paso. A medida que fueron encontrando sus coincidencias con otros grupos, formaron clanes de asesinos élite, que devastaron la tierra hasta sus propias raíces. Los poderes de los ancestros inundaban sus cuerpos, y nublaban su entendimiento.

Los álter ego de estos despreciables grupos combatían por una razón más noble que el simple hecho de gobernar por poder, control, codicia.

Los verdaderos combatientes de la antigüa corriente Elemental, basaban su lucha en un sentido de moralidad más concreto; el respeto como valor en común, y las ansias de gobernar con rectitud.

El bien y el mal se encuentran nuevamente, en una lucha devastadora, en la carrera por hacerse con el poder de los Elementales, hasta destruirse mutuamente y quedando solo uno en pie.

Esta historia se refiere a esta segunda parte. A la parte más difícil, el camino de la rectitud, y referida a un grupo en particular, cuyo futuro aún es incierto, pero no más de lo que se irá revelando...